jueves, 1 de marzo de 2012

Oración Vocal

Benedicto XVI está realizando una aportación excepcional a la Teología: su aproximación a la figura de Jesús de Nazaret nos descubre la belleza y grandeza —divina y humana— del Señor. Sea por su gran erudición, sea por su santidad, o simplemente, porque es el Papa, impresiona el profundo y preciso conocimiento de la "Biblia" del teólogo Ratzinger: gracias a él podemos contemplar —con asombro— el panorama de la larga e intensa preparación con la que Dios —durante el Antiguo Testamento— dispuso el envío de su Hijo para nuestra salvación.

En Cuaresma, tratemos de "subir" con Jesús hacia Jerusalén siguiendo la estela de las reflexiones teológicas del Papa Benedicto. Hoy el primer tema doctrinal es "Oración Vocal" (personal / comunitaria) y "oración continua"
(Fuente: http://evangeli.net/evangelio/master)


"Oración vocal"

Hoy consideramos dos expresiones de la oración. Por un lado, la presencia de Dios, este estar interiormente y continuamente con Dios de manera silenciosa, que, por otro lado, necesita un sustento: la oración vocal, que se expresa con palabras, imágenes y pensamientos.

Esta oración vocal debe brotar, sobre todo, de nuestro corazón, de nuestras penas, esperanzas, alegrías, sufrimientos; de la vergüenza por el pecado, así como de la gratitud por el bien, siendo así una oración totalmente personal. Pero necesitamos también el apoyo de esas plegarias en las que ha tomado forma el encuentro con Dios de toda la Iglesia (sin estas ayudas, nuestra plegaria personal y nuestra imagen de Dios se hacen subjetivas y terminan por reflejar más a nosotros que al Dios vivo).

—En las fórmulas de oración que han surgido primero de la fe de Israel y después de la fe de los que oran como miembros de la Iglesia, aprendemos a conocer a Dios y a conocernos a nosotros mismos: son una escuela de oración.

2 comentarios:

  1. Excelente gracias por ayudar en el crecimiento de la evangelización Tomi, Dios te bendiga

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  2. Orar desde el corazón, orar con lo que tenemos y lo que carecemos. Tiempo para un momento personal, para encontrarnos con Dios y con nosotros mismos. A sacarle provecho a este tiempo de Cuaresma. Esta es una decisión individual. ¡Vívela!

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