miércoles, 24 de octubre de 2012


BENDICIÓN

Etim. Anglo-sajona bletsian, el consagrar por sangre.

La bendición ocurre con frecuencia en la Biblia y tiene varios significados:

Significa alabar a Dios; desear el bien a una persona; dedicar una persona o cosa al servicio de Dios. En la liturgia, la bendición es un ritual por el cual un ministro ordenado santifica a personas o cosas para el servicio divino o invoca el favor divino.

Como sinónimo de alabar. Cf. Salmo 33, 1
Expresa el deseo de bienestar espiritual.  Cf. Salmo 127, 2.
La santificación o dedicación de persona o cosa. Cf. Mateo 26, 26.
El Génesis narra que Dios, al completar cada día de la creación, la bendijo (Cf. Gen 1-2). Cuando Noé salió del Arca, recibió la bendición de Dios (Cf. Gen 9,1). En el tiempo del los patriarcas, la cabeza de cada tribu y familia bendecía. Dios ordenaba a los sacerdotes a bendecir al pueblo (Num 6, 23-26). Jesucristo y los Apóstoles bendecían, por lo que la práctica pasó a la Iglesia como el mayor de los sacramentales.

Catecismo de la Iglesia Católica

#1671 Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre "con toda clase de bendiciones espirituales" (Ef 1:3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.

#1672 Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las que están destinadas a personas -que no se han de confundir con la ordenación sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.

El Ritual Romano contiene bendiciones para diversas ocasiones y cosas.

Hay diferentes tipos de bendiciones.  Se pueden bendecir, por ejemplo, los alimentos. Esta bendición atrae la benevolencia de Dios pero no imparte al objeto un caracter sagrado como sería el caso en la bendición de un cáliz el cual queda reservado irreversiblemente para el uso sagrado en la Santa Misa.

Las bendiciones no son sacramentos; no son instituidas por Cristo; no confieren gracia santificante; no producen su efecto en virtud del rito mismo ex opere operanto. Son sacramentales

El día a día...

 
Cada día hay un mensaje nuevo, es bueno acercarse a la Palabra de Dios y ver cómo nos habla, cómo nos dice algo, ella misma se autodefine como, miel en la boca, espada de doble filo, como fuente que apaga la sed.
Por tanto, cada situación de la vida tiene que ser una enseñanza y un impulso para vivir algo nuevo, nuestra situación debe cambiar a la luz de lo que nos propone el plan de Dios, y es tan difícil amar al prójimo como a nosotros mismos, simplemente hay que ver cómo una simple crítica, por muy buena que sea la intención, o por no pensar lo que se dice, destruye, y destruye mucho, sobre todo a las personas que menos pensamos, nuestros hermanos, amigos y nuestra propia familia.
Por eso, has cada día lo mejor que puedas, para darle sentido a la palabra que Dios te regala.