jueves, 5 de abril de 2012

Jueves Santo: Estás invitado a Su mesa


Obediencia, generosidad y humildad. Tres virtudes que nos enseña Jesús en este jueves santo.  Acompañémoslo en esa noche amarga en el huerto de los Olivos, entendamos su miedo, angustia y la tristeza de saber que sería traicionado. Pero sintamos también su compromiso por cumplir la voluntad de Dios, su obediencia al Padre y su confianza en Él.

Tal día como hoy se instituyó la Eucaristía. Se conmemora la Última Cena. Cuerpo y Sangre de Cristo, que permanece vivo entre nosotros. Es el día solemne para levantar el monumento, de tomarse un tiempo para la adoración de Jesús Sacramentado. Celebramos la Cena del Señor, la víspera de su pasión, su entrega como alimento. Es importante entender que ésta no es una celebración de explosiva alegría pero tampoco una reunión sombría. Iniciamos el Triduo Pascual, sin adelantarnos a su muerte o a la Pascua de Resurrección. 

Antes de morir, Jesús nos deja su testamento: el mandato de amarnos los unos a los otros. Nos alegramos desde el amor fraterno, desde la entrega libre de nuestro Salvador por su amor infinito. A pesar del dolor, predomina el gozo porque Cristo se entrega con amor y por amor. 

Es también la fecha para celebrar el Sacerdocio. Los presbíteros, con una sola alma y un solo corazón renuevan sus promesas. Se consagran los Santos Óleos, usados en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos. 

Servir con el corazón, servir desde la humildad. Con el Lavatorio de pies, se recuerda el propio gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena, un acto de amor del Siervo que se arrodilla y lava los pies a quienes se encontraban con él. Esto nos enseña que debemos vivir como servidores de nuestro prójimo.
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Vivamos a plenitud este día. Tiempo para compartir como hermanos en Cristo, agradecer por nuestros sacerdotes y celebrar que Cristo se quedó en el Pan y el Vino, su cuerpo y su sangre, portadores de la Salvación. 

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