martes, 22 de mayo de 2012

Para ella, nada es imposible




Su casa natal está cerca del pueblito de Cascia, en la Umbría, región del centro de Italia. Su vida comenzó en tiempos de guerra, catástrofes, conquistas y revueltas. 

Los problemas de la época parecían muy grandes para los propios gobiernos de las naciones. 

Pero para ella “nada es imposible”. Así conocemos a Santa Rita de Casia, una de las más populares en la Iglesia Católica. Nació en mayo del año 1381. Sus padres, Antonio Mancini y Amata Ferri, eran conocidos como los “Pacificadores de Jesucristo”. Siempre eran llamados para calmar peleas entre los vecinos de la región. 

Cuentan sus biógrafos que, desde que era bebé, mientras dormía en una cesta, abejas blancas se agrupaban sobre su boca, depositando en ella la miel sin hacerle daño y sin que la pequeña llorara para alertar a sus padres. Uno de los campesinos, viendo lo que ocurría trató de dispersar las abejas con su brazo herido. Su brazo se sano inmediatamente.

Aunque Santa Rita quería ser monja, se casó para obedecer a sus padres. Su esposo era cruel. El sufrimiento que le causaba, ella lo devolvió con oración y bondad. Con el tiempo él se convirtió, llegando a ser considerado y temeroso de Dios. Pero Santa Rita tuvo que soportar un gran dolor cuando su esposo fue asesinado.

Su esposo terminó por convertirse. Uno de los grandes dolores de la vida de fue soportar el asesinato de su marido. Terminó descubriendo que sus hijos querían vengar su muerte. Por lo que ella dedicó suplicarle a Dios que se los llevara antes de que pudiesen cometer pecado por vengarse. Al poco tiempo, ambos hijos fallecieron.  

Se entregó a la oración, penitencia y obras de caridad. Aplicó para ser admitida al Convento Agustiniano en Casia. Al no ser aceptada, se encomendó a  sus tres santos patronos: San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino.  Milagrosamente logró ser admitida en el convento.

Santa Rita falleció el 22 de Mayo de 1457,a los 76 años de edad. Su cuerpo  fue conservado intacto por varios siglos. Después de 200 años de su muerte, las abejas blancas surgían de las paredes del monasterio de Cascia durante Semana Santa de cada año y permanecían hasta la fiesta de Santa Rita, el 22 de Mayo. 

El ataúd de madera que tenía originalmente fue reemplazado por uno de cristal y ha estado expuesta para veneración de los fieles desde entonces. Multitudes todavía acuden en peregrinación a honrar a la santa y pedir su intercesión ante su cuerpo que permanece incorrupto. León XIII la canonizó en 1900. En la ceremonia de beatificación, el cuerpo de la Santa se elevó y abrió sus ojos.

3 comentarios:

  1. Tú que conoces nuestras necesidades más profundas Padre, te pedimos por la intercesión de tu sierva Rita nos concedas aquello que consideramos más difícil de obtener. Que como para Rita, lo imposible no sea obstáculo en tu nombre, Señor.

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  2. Su vida es un gran ejemplo para nunca desfallecer y jamás olvidar que si confiamos en el Padre nada saldrá mal.

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  3. Vivo ejemplo de entrega, obediencia y oración. Santa Rita, abogada de lo imposible, no ayuda a entender que NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS, incluso que un jardín de rosas florezca en invierno, o que una matita muerta de los frutas más divinos. Abandonarse en Dios es querer que todo salga bien.

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